El yoga y la cerámica llegaron a mi gracias a una bofetada de la vida.
La bofetada fue tan fuerte que me rompió la mandíbula por tres partes y la recuperación fue un largo proceso a nivel físico y emocional. Ahora puedo por fin agradecer aquel accidente por las lecciones que me ayudó a aprender.
Durante más de seis años no me sentí identificada con la imagen que me devolvía el espejo, así que no tuve más remedio que aprender a conocerme a mi misma profundizando en mi interior y lo conseguí combinando la práctica del yoga y la cerámica.
Ahora por fin vuelvo a reconocerme en ese reflejo, pero ya no necesito ver mi cara como era antes para quererme tal y como soy y, supongo que, precisamente por haber llegado a este punto, puedo dar por aprendida la lección. Hoy día soy más yo misma que nunca y POC a POC es un reflejo de ello.
Me formé en comunicación, como periodista y locutora, y durante años trabajé en agencias, radio, prensa, departamentos de comunicación de empresas, marketing digital… Pero siempre con la sensación de no estar avanzando en la dirección que me interesaba.
Necesité un accidente para darme cuenta de lo importante que es escucharse a uno mismo y seguir el instinto. Fue un golpe muy duro pero supuso un punto de inflexión que me ayudó a replantearme qué quería hacer realmente en mi vida.
Lo conseguí combinando la práctica del yoga y la cerámica y formándome profesionalmente durante varios años en ambas disciplinas. Lo hice en Chile, donde viví durante más de seis años y donde nacieron mis dos hijos.
Ya de regreso en Barcelona decidí, de la mano de mi hermana, dar una oportunidad a mi sueño de crear un espacio en el que poner a disponibilidad de todos la oportunidad de combinar las prácticas de cerámica y yoga que a mí tanto me ayudaron.
En POC a POC me encontraréis a menudo detrás del torno, mi lugar favorito, dentro de la sala de yoga, o paseando por el taller para ayudar a los alumnos en lo que necesiten.